La aromaterapia es una rama de la naturopatía, siendo el método de sanación más antiguo que conoce la humanidad.
Desde hace milenios, los frutos, las plantas, los árboles, las raíces, en definitiva, lo que nos brinda la naturaleza, ha sido la primera medicina del ser humano, se utilizaban de forma terapéutica, a nivel físico, mental - anímico, y espiritual, realizando limpiezas energéticas y remedios caseros, desde la antigüedad.

En la cultura egipcia, se han recuperado numerosos registros donde se especifica cómo utilizaban aceites y aromas de las plantas, para ceremonias, rituales, cosmética, terapias espirituales, etc. 
En definitiva, remedios para el cuerpo y para el alma. 

En la medicina clásica china, (2.700 aC), en el libro de Shen Nong, aparecen más de 300 plantas que se usaban de modo terapéutico.

En la Biblia aparecen 1.031 referencias de aceites esenciales, y 33 especies de plantas que producen esencias. en aquellos tiempos, eran más valorados que el oro, era un tesoro muy apreciado que sólo podían disfrutar de sus beneficios, los reyes y las personas más pudientes. El aceite de la Santa Unción, fue la mirra y el incienso.

En las escrituras del Antiguo Egipto, también son muy mencionadas las esencias, los faraones eran momificados con incienso y mirra.

El padre de la aromaterapia moderna, en el siglo XX,  fue René-Maurice de Gattefossé, científico y químico de formación, fundó la Escuela Francesa de Aromaterapia y fue él quién acuñó el nombre de aromaterapia moderna.
La experiencia que vivió con las esencias, marcó el destino de Gattefossé y el de la aromaterapia terapéutica, fue un accidente estando investigando en su laboratorio. El perfumista francés en 1910, sufrió un accidente que le causó importantes quemaduras en su brazo, a causa de una gran explosión, y por acción refleja, sumergió el brazo en un recipiente de aceite esencial puro de Lavanda, creyendo que era agua.
Esa fortuita y casual acción, fue la causante del gran descubrimiento que realizó Gattefossé, a raíz de la pronta recuperación de las quemaduras y de la ausencia de dolor y de cicatrices, fue tal el asombro, que esa vivencia fue el motor para que René iniciara una investigación muy profunda de las propiedades de los aceites esenciales, descubriendo todas y cada una de ellas, con todos los principios activos y las acciones que tenían contra, bacterias, virus y parásitos, etc. comprobó que poseían propiedades antisépticas muy poderosas mucho más eficaces que los antisépticos químicos. 

Otra importante coincidencia en el tiempo, fue que en esa misma época, surgió el descubrimiento de los antibióticos químicos en la medicina alopática, desviando la importancia de las propiedades terapéuticas descubiertas por Gattefossé, sobre los extractos botánicos, más conocidos como aceites esenciales. Aún así Gattefossé siguió con la clasificación de los aceites esenciales  según las propiedades (antiséptico, antiinfeccioso, cicatrizante, etc.). 
Los extractos botánicos, tienen la capacidad de activar los neuroquímicos de nuestro sistema nervioso, los neurotransmisores (dopamina, serotonina, enforfinas..), esenciales para que el sistema central se comunique adecuadamente.
La estructura molecular de las esencias, son muy parecidas, casi idénticas, a las membranas celulares de nuestro organismo, siendo unas estructuras solubles en lípidos únicas y con moléculas muy pequeñas, por lo que pueden penetrar y circular por el sistema circulatorio de todos los tejidos del organismo, penetrando en nuestras células y así circulando por el torrente sanguíneo, esa coincidencia biológica, es la responsable de que los aceites esenciales sanen de manera efectiva y sobretodo rápida, en cuestión de minutos, esas moléculas, recorren todo nuestro cuerpo. Entre 80 - 300 nutrientes, son agregados al organismo cuando usamos aceites esenciales, y algunos de estos nutrientes no están en frutas ni verduras, únicamente están en plantas.

Otra cuestión muy interesante de los extractos botánicos, de los aceites esenciales, es la frecuencia vibracional que poseen. Esa frecuencia se mide con el método y la tecnología, de B. Tainio. 

Todo lo que existe en este planeta tiene vibración medible, y la vibración más alta del planeta Tierra, está en los aceites esenciales. ¿No te parece increíble y poderoso? 

El poder que tienen es tan inmenso, que, sólo inhalándolos, nuestra frecuencia vibracional cambia, es decir, si estamos vibrando bajo, por transitar alguna situación que baje nuestra frecuencia, como por ejemplo, un disgusto o enfado, un constipado, tomar un café, etc, con solo inhalar un aceite esencial, puro, natural e íntegro, cambiaremos instantáneamente nuestra vibración, elevándola y con ello cambiando nuestro estado vibracional y emocional.

El ser humano sano y saludable, vibra a 62-70 MHz, cuando la frecuencia disminuye y es inferior a 62, las células de nuestro cuerpo empiezan a mutar. 

Cuando estamos constipados, solemos vibrar en una frecuencia de MegaHerzios de 55, y si sufrimos de una enfermedad más grave, cómo pudiera ser con células cancerígenas, la vibración disminuye a menos de 40 MHz. Cuando fallecemos estamos en vibración de 20 MHz. 

Como he dicho antes, todo tiene vibración medible, las frutas y verduras frescas, oscilan entre 16 -27 MHz, las plantas secas entre 12 y 22, la carne que comemos, sólo vibra entre 3 y 5 MHz, y la comida congelada, procesada o en conserva, no tiene vibración, es de 0 MHz.

Llevar en el bolso una frecuencia alta que puedes tomarla e inhalarla, para volver a un estado más alto, ¿no te parece MARAVILLOSO?

QUE AFORTUNADAS SOMOS

EL PODER ANCESTRAL 
DE LA NATURALEZA 
EN TUS MANOS